26 nov 2012

CAPITULO 3: EL SOROCHE EN CUZCO. LAS 4 RUINAS (1ª PARTE)


En el primer capítulo refería al tráfico de Lima como sencillamente caótico. Pues bien, el de Cuzco no lo es menos. Pasamos la noche entre pitidos y sirenas. Claro está; en un país donde la preferencia de paso la marca el que toque antes el claxon, todo el mundo anda como loco todo el día tocando la bocina. En esto, los taxistas son unos verdaderos adictos y además ahora, se ve que la última moda, es andar colocando a los coches sirenas simulando ser una ambulancia o coche de bomberos. Sumadle a eso, que aquí las ciudades nunca duermen y el resultado es toda la noche escuchando el estruendo del tráfico, bocinas, sirenas y demás ruidos derivados. Para cuando conseguí conciliar el sueño, sonó el teléfono. Llamaban de Canal Sur solicitando información sobre un artículo que había escrito antes del viaje y nadie les había dicho que andaba por las américas. En España eran las 10, pero allí eran solo las 4 de la mañana.

Así que la noche la pasé prácticamente en vela. Tampoco es nada nuevo que yo duerma poco, así que a las 8, tal y como habíamos acordado, fuimos a por desayuno. El desayuno del hotel fue solo correcto. Café con leche y/o mate de coca. Algún bollo de pan con mantequilla y mermelada y huevo revuelto. Fuimos prácticamente los únicos en desayunar. Aquí todo el mundo empieza a funcionar bastante antes.

Entrada al Convento de Santo Domingo
El plan de hoy era visitar la parte de Cuzco que nos quedaba por ver, el Convento de Santo Domingo y el Qoricancha y las ruinas exteriores de Cuzco; Sacsayhuaman, Quenko, PucaPucara y Tambomachay. Además, intenariamos adelantar la entrada al Valle Sagrado, para andar medio camino hacia el destino final dentro de dos días; el Machu Pichu. Era una noche en la que no teníamos un final fijado, ya que no sabíamos donde ibamos a terminar el día.

Claustro del Convento de Santo Domingo

Así que hicimos los petates para 3 días de excursión, dos para el Valle Sagrado y uno para Machu Pichu, y los dejamos en consigna en el hotel. Emprendemos el camino al Convento, a 5 minutos del hotel, y nos disponemos a entrar. No tardan mucho en ofrecersenos un guia turístico. Comprobamos que aceptan el ISIC para entrar y negociamos el precio con el guia. Sabíamos que toda la parte esta de las ruinas Incas, merecía la pena conocerlas con un guía. Así que contratamos a Ervin, nuestro nuevo guía,  por unos módicos 40 soles.

Interior del Qoricancha

Grabado Inca
El nos enseñó los entresijos del Convento de Santo Domingo, levantado sobre los resto del Templo del Sol Inca, conocido también como Qoricancha o Inticancha. La verdad es que es una lástima lo que nuestros ancestos hicieron allí. No solo por el genocidio que se llevó a cabo con los indígenas, si no como se cargaron el incalculable patrimonio del imperio Inca, el que llegó a ser el más importante de Suramérica. La perdición de estas ruinas, fue sin duda decorar las paredes con oro, un caramelo en la puerta de un colegio para los conquistadores españoles. En el Templo, se rendía culto a la luna, el rayo, el trueno y el arco iris. Es un lugar lleno de muchas curiosidades, aunque sin duda, la que más me llamó la atención, es una reproducción de un grabado dorado (el original si es de oro puro) donde se los Incas adoraban al sol, la luna, las estrellas y la Tierra y, cientos de años antes de Colón, ya representaban la Tierra redonda... y eso que supuestamente, la civilizacion avanzada era la nuestra...

Recinto amurallado


Chute de oxigeno para combatir el Soroche
Del Templo del Sol, se sale al recinto amurallado exterior donde hay unas vistas increibles del recinto. Es una visita de un par de horas y de las más interesantes de Cuzco. Aunque a las chicas, les pasa algo de factura y les da por primera vez un buen apretón el soroche o mal de altura. Ervin, nuestro guía, nos dice que en el Convento disponen de oxigeno y mate de coca por si alguien se siente mal. Así que mientras ellas se meten un chute de oxígeno, nosotros nos tomamos un respiro y degustamos un mate de coca, cortesía de la casa, que por cierto me achicharró la boca de caliente que estaba.

Piedra de los 16 ángulos

El respiro sirve para cerrar el trato con Ervin, nuestro guía. Se ha ofrecido a ser nuestro guía para las 4 ruinas de Cuzco y además, nos conseguiría un transporte para hacer las 4 ruinas exteriores de Cuzco. Tras una pequeña negociación, cerramos el trato en 130 soles, incluidos los 40 que ya habíamos acordado por Qoricancha más otros 45 soles para el taxista. Al cambio, el pack completo taxi privado más guía, nos salía por unos 55€ a dividir entre 4 personas, por tenernos todo el día dando vueltas.

Exterior del Qoricancha

Así que mandamos a Toni y Marta al hotel mientras Roger y yo vamos entretanto a cambiar euros por soles y a negociar el bus nos ha de llevar a Puno tras el paso por Machu Pichu dentro de 4 días. La experiencia nos sirvió para ver lo poco espabilados que son los peruanos... parece como si el mal de altura los tuviera medio dormidos... preguntabas algo y se quedaban como si la cosa no fuera con ellos.
Detalle de como el convento está construido sobre los cimientos del Templo Inca

Tras reservar el bus hasta Puno, en servicio turístico y tras  cambiar a moneda nacional vamos al punto de reunión acordado, el hotel Pachán. Cargamos los macutos en una desvencijada ranchera de 5 plazas donde nos metemos 6; Ervin y el chófer delante y nosotros cuatro a presión detras y emprendemos el rumbo hacia Sacsayhuamán.

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